La frustración muchas veces puede llevar a tomar malas decisiones. Eso le pasó a Lionel Messi, que sufrió su primera expulsión con el primer equipo del Barcelona en la final de la Supercopa de España que terminó perdiendo el cuadro catalán 3-2 ante el Athletic de Bilbao.
Corría ya tiempo de descuento cuando la ‘Pulga’ decidió darle un manotazo a Villalibre para ver por primera vez la tarjeta roja con la camiseta del cuadro catalán. Antes ya había sido expulsado dos veces con la selección Argentina e incluso una vez con Peña Sport en el 2005, en un partido que disputó en la Segunda B, con el Barcelona B.
Después de 753 partidos oficiales, Messi ve esta cartulina. Esta fue la final número 36 del artillero argentino, que buscaba el primer título de este 2021 pero todavía no puede celebrar con este Barcelona que está en reestructuración bajo el mando de Ronald Koeman.
Sancionado por dos fechas pero el Barza apeló
Su expulsión le puede costar caro al Barcelona ya que Carmen Pérez, presidenta del Comité de Competición y jueza única de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), decidió suspender a Messi por dos fechas basándose en el artículo 132.2 que habla de “violencia en el juego”.
En el informe del árbitro Jesús Gil Manzano señalaba que Messi vio la roja por “golpear a un contrario con el brazo haciendo uso de fuerza excesiva estando el balón en juego pero no a distancia de ser jugado”.
El Barcelona ha presentado un recurso de amparo ya que se basan en que no tiene antecedentes como un jugador violento, para que pueda reducirse la sanción. No jugará contra el Cornellá en la Copa del Rey ni contra el Elche por la Liga Española.
Justo regresará contra el Athletic de Bilbao, donde se tendría que cruzar nuevamente con Asier Villalibre, que también habló sobre la falta por la que fue expulsado Messi. “A mí me parece clara. Yo le meto cuerpo para que no fuera adelante y él se ha enfadado, me ha metido la mano en la cara, y yo creo que es agresión clara. Al final es normal, esa impotencia”, manifestó el delantero.